Cuando conocí Kubik 54 me enamoré profundamente de su Airhouse, y no descansé hasta conseguirlo. Es como vivir en una casa en el aire, con 180 grados de vista a la ciudad y otro tanto hacia los cerros nororientales. El sonido de los pájaros, las luces de Bogotá, estar en la ciudad y a la vez disfrutar a lo lejos de ella, sentirla vibrar en medio del sosiego y el silencio de la montaña. Los espacios, el diseño limpio y la comodidad de mi apartamento es un privilegio citadino